sábado, 1 de diciembre de 2012

Ojos.

Podemos ignorar mirar, podemos cerrar los ojos e imaginar cualquier cosa menos lo que está sucediendo, podemos ponernos turnios y ver doble si lo que miramos nos gusta mucho, pueden ser ojos azules, cafés, grises, negros, verdes, o quizá podemos ser ciegos.

Ellos no me ven nunca contigo, porque ni siquiera yo me veo contigo, y pasa el tiempo, pasan años, y aunque no te vea y aunque nadie nadie nadie te vea, cierro los ojos y recuerdo tu carita de amor mirándome, amándome y hablándome, cierro los ojos y te aprisiono para que dures en mi memoria lo que más pueda, recobras vida en el lugar que sea si evito la superficialidad que me han enseñado, no poder tocarte me permite poder sentirte entre cada fibra de imaginación que haya desarrollado en estos años sin ti; se nublan estos ojos grandes cuando apareces tú, porque qué feliz me haces todos los días, y qué triste me siento porque tu cuerpo no perduró a mi lado.

Tanta gente pasa en la vida de todos, pero tan poca se queda petrificada en el alma, con ganchos de oro hay que amarrar a la gente como tú al corazón, para que no se suelten pese a cualquier tempestad, entre tornados y días de playa sigues ahí y yo sé que seguirás, aún si de lejos pides tu exilio, yo lo niego, y esa siempre será mi última idea.

Ojos que no ven y el alma cómo siente, ojos sin frontera y la imaginación cómo te atrapa, ojos que lloran, ojos que hablan, ojos que recuerdan y mis ojos que te aman.

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